miércoles, 29 de febrero de 2012

72 horas en urgencias... esperando a ser atendidos!!


La Comisión de Centro del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) ha denunciado el "colapso" de las urgencias en este centro, "con pacientes que llevan en el servicio un mínimo de 72 horas sentados", señala en un comunicado remitido por el sindicato CIG.

En el mismo, afirman que han presentado ya "varias quejas" por esta situación y añaden que las urgencias se encuentran en una situación de "deterioro" que achacan "a la falta de previsión y de toma de medidas por parte de la gerencia del complejo".

Asimismo, afirman que es "imposible" realizar "una correcta valoración de los pacientes dado que el espacio para realizarla no existe".

LECTURA COMPARTIDA: AUTOGESTIÓN ¿PARA QUÉ?


DOMINGO 04 DE MARZO A LAS 18H. CRUXEIRA (SANTIAGO DE C.)
LIBRO: AUTOGESTIÓN ¿PARA QUÉ?. EDICIONES VOZ DE LOS SIN VOZ.
AUTORES: H. SAÑA, A. PALACIOS Y J. GÓMEZ DEL CASTILLO.

Más información: 669 408 855

martes, 28 de febrero de 2012

Trabajadores de Navantia y Fene cuelgan sus buzos por los 600 empleos perdidos

Reflexión de Roberto Blanco V en la prensa gallega

¿Quién desprestigia a los políticos?


Cuando, hace cinco días, UPyD defendió en el Congreso de los Diputados la necesidad de limitar las retribuciones de los exjefes de Gobierno, los dos grandes grupos de la Cámara manifestaron un rechazo radical a la propuesta: de «demagógica y efectista» la tacharon los diputados del PP, mientras los del PSOE manifestaban que solo servía para «desprestigiar» a los políticos.

Es dudoso, sin embargo, qué desprestigia más a los políticos: si el privilegiado sistema de remuneración ahora vigente o que tal sistema fuera reformado para acabar, precisamente, con sus injustificados privilegios. Juzguen ustedes mismos.

Los expresidentes de Gobierno tienen asignada legalmente una pensión de en torno a 80.000 euros anuales, cuyas características son esencialmente las siguientes: esa pensión es vitalicia y, por tanto, no depende en su duración del tiempo que se haya ocupado la presidencia del Gobierno; es compatible con la obtención de remuneraciones procedentes del sector privado, de modo que sus beneficiarios pueden cobrarla y cobrar al mismo tiempo -como hacen González y Aznar- magníficos sueldos de una o más empresas; y, por si todo ello no fuera suficiente, la pensión de expresidente es igualmente compatible con el sueldo de consejero de Estado (en torno a 70.000 euros al año), pues los exjefes de Gobierno que decidan incorporarse al Consejo, como acaba de hacer ahora Zapatero, pasan a ser miembros natos de ese órgano.

Ello significa, dicho en dos palabras, que los expresidentes tienen en realidad derecho a dos pensiones: la que cobrarán como exjefes de Gobierno y como miembros del Consejo de Estado, al que pertenecen, obviamente, en esa misma condición. ¡No es mal doblete! Pero es que, además, si encuentran una empresa o más empresas que contraten sus servicios, puedan entrar en sus nóminas sin verse por ello amenazados de perder la pensión a la que tienen derecho por la ley.

En realidad, la única justificación de esa pensión -facilitar la reincorporación al mercado de trabajo de quienes por el cargo que han ocupado podrían tener problemas para reiniciar su vida laboral- desaparece por completo cuando se convierte en una pura y simple canonjía, cuya finalidad es asegurar que quien ha sido presidente quede en condiciones de vivir sin trabajar el resto de su vida.

El sistema es perverso y no ayuda, precisamente, a poco que se piense, a prestigiar a la política, sino a todo lo contrario. La política tiene el prestigio que se merece cuando quienes la practican expresan a través de su dedicación a un cargo público una vocación de servicio a la comunidad. Pero cuando la política se convierte, en grandes proporciones, en el medio de progreso social y económico de quienes no pueden progresar de otra manera, es decir, cuando la clase política está formada en significativos porcentajes por personas que no han trabajado jamás fuera de ella, que carecen de verdadera profesión y que pretenden resolver en ella su futuro, el desprestigio de la política acaba por ser inevitable.

Es así incluso cuando no hay crisis económica. Cuando la hay, y uno de cada dos jóvenes no encuentra el empleo que busca debajo de las piedras, los privilegios de la política y los políticos sublevan, con razón, a millones de personas.


jueves, 23 de febrero de 2012

IQBAL MASIH YA TIENE PLAZA EN SANTIAGO DE COMPOSTELA


Tras años de trabajo y peticiones al Ayuntamiento de Santiago, el 23 de febrero de 2012 se concede un espacio público de reconocimiento a Iqbal Masih. El Ayuntamiento firmó una Moción contra la Esclavitud Infantil en el año 2007 y es en el 2012 cuando concede una plaza a Iqbal. Este niño es ya referencia para los jóvenes santiagueses que le han rendido muchos tributos desde su asesinato el 16 de abril de 1995.
El Movimiento Cultural Cristiano y la Casa de Cultura y Solidaridad promueven una campaña internacional por la consideración del 16 DE ABRIL COMO EL DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA ESCLAVITUD INFANTIL. Campaña que, desde el año 2003, el Partido político SAIn (Solidaridad y Autogestión Internacionalista) ha apoyado. Hoy no se puede luchar contra el paro eficazmente sin pasar por erradicar de la faz de la tierra la lacra más vergonzosa de nuestro recién estrenado siglo XXI.
Iqbal Masih mártir de la esclavitud infantil.

El próximo 16 de abril, podremos celebrar el día contra la esclavitud infantil en LA PLAZA IQBAL MASIH MARTIR DE LA ESCLAVITUD INFANTIL. Este año Santiago podrá recordar al pequeño paquistaní inaugurando una plaza que lleva su nombre. Una placa nos mantendrá fresca la memoria, y un gran mural hará las veces de narrador ilustrado para poner al día a todo aquel que no se sepa que no hace tanto, un niño, pobre, analfabeto, enfermo, ¡esclavo! Hizo oír su voz más allá de su aldea, de su país, de su continente y convirtió su grito en una esperanzadora denuncia imprescindible para muchos de nosotros.
¿Quién puede hoy seguir diciendo “no se puede hacer nada”? Nadie. Ya todos sabemos que hay mucho por hacer, y se puede, como otros ya habían demostrado antes, sólo con una condición: que queramos. Iqbal Masih quiso, y puso los intereses de los otros niños por encima de los suyos propios.